Por Eduardo Sernicola
Hace 2 semanas, en República Dominicana, nació Damián, el habitante número 8 mil millones.
El planeta llegó a los 8 mil millones de habitantes, 4 veces más de los que había hace un siglo atrás. Resulta increíble ver la evolución de la población mundial. Doce mil años atrás había 4 millones de habitantes, luego, en 1700 de nuestra era, el crecimiento fue de 0,04% por año, llegando a los 600 millones de habitantes.
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A partir de ese momento hubo una explosión demografía y en el año 1820 se llegó a los mil millones de habitantes; se fue duplicando cada
vez más rápido. De hecho, se necesitaron 11 años para pasar de 7 mil a 8 mil millones.
Actualmente el 57% de la población vive en zonas urbanas, bastante más que el 34% que lo hacía en 1960; además, el 87% está alfabetizado, mientras que hace medio siglo esa condición era del 76%.
En el 2023, por primera vez en la historia, India se transformará en el país más poblado de la tierra. Actualmente hay una leve ventaja de los varones, que suman el 50,7% sobre el 49,3 de las mujeres.
Las expectativas de vida aumentaron: en solo dos décadas pasamos de 68 a 73 años, y la mortalidad infantil se redujo drásticamente en un siglo. Los niños que no llegaban a los 5 años pasaron de ser del 32% al 4%.
Los avances tecnológicos y sanitarios contribuyeron a que las personas vivan más y mejor. Según un informe de la ONU, al final de este siglo la población mundial llegará a los 11.200 millones de habitantes; sin dudas esto será un desafío para la seguridad alimentaria del planeta.
Pero a pesar de estos datos, los humanos estamos lejos de ser la especie dominante, por lo menos en cantidad de individuos: por cada uno de nosotros hay 3 gallinas, 17 moscas y 2,5 millones de hormigas.