Según datos oficiales, solo en el mes de enero de 2023 murieron más de 160 personas debido a las condiciones extremas ocasionadas por el invierno.
Los inviernos duros no son inusuales en Afganistán, pero temperaturas como los -33 grados registrados este año en regiones como la provincia de Ghor, sí son extrañas. Según los meteorólogos, las temperaturas podrían seguir cayendo en las próximas jornadas.
El Ministerio de Gestión de Catástrofes afgano aseguró que más de 70.000 cabezas de ganado han muerto por la ola de frío, lo que representa una pérdida importante en un país con escasez de alimentos.
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El director de mitigación de riesgos, Mula Janan Sayeq, pidió a las ONG que “en base a sus responsabilidades, ayuden a las víctimas y familias pobres de Afganistán”.
La población recurre a los restos de plástico para ser usados en sus hogares para generar calor. Es un recurso que utilizan los afganos más pobres cada vez que las temperaturas se tornan gélidas. La leña es un bien escaso y caro, y la situación económica en el país es catastrófica, debido en parte de las sanciones internacionales contra el régimen de los talibanes.
A su vez, muchas organizaciones suspendieron su trabajo en el terreno hace algunas semanas, luego de que los talibanes impidieran a las mujeres afganas trabajar en las ONG.
Fuente: dw.com