Sergio Massa: el atroz redentor

Por J. González Costilla

El rotundo fracaso del actual gobierno agravó la crisis de representación política que sufre nuestro país; es tan profunda la confusión en este orden, que hasta los propios dirigentes políticos están desorientados.

Donde más se hace evidente esto es en el espacio Unión por la Patria, ya que el nuevo ungido del peronismo como candidato a presidente, Sergio Massa, es quien conduce el ministerio con la peor gestión de los últimos años.

Con Massa a la cabeza del ministerio de Economía, Argentina no enfrenta una crisis sino que enfrenta una “super crisis”, ya que acumula al mismo tiempo un déficit fiscal superior al que provocó la caída del gobierno de Ricardo Alfonsín y una restricción externa por encima de la que provocó la caída del gobierno de De La Rúa.

No obstante a esta floja gestión, el ex intendente de tigre aparece como el gran salvador, como el redentor que a través de su gestión redimirá a la clase política, hoy por hoy muy devaluada, y reivindicará también a la clase trabajadora y a los humildes que desde hace una década vienen perdiendo el poder adquisitivo de sus ingresos.

Bajo esta perspectiva, si tomamos en cuentan las medidas que viene realizando el actual titular de la cartera económica del país y pre candidato presidencial, podemos observar que tiene una gran tendencia a beneficiar a los sectores energético, financiero y agropecuario. Esto ultimo se evidencio notablemente al promover el “dólar soja” y el “dólar maíz”. Estas sendas medidas deterioraron significativamente el poder adquisitivo de los asalariados en beneficio del sector agroexportador, ya que encareció notablemente el precio de los alimentos.

El atroz redentor

Desde esta perspectiva el rol de Sergio Massa como redentor, se parece al del personaje del celebre cuento de Borges: “El atroz redentor Lazarus Morell”.

En ese relato el protagonista había montado una estructura organizacional dedicada a embaucar a los esclavos del sur de los Estados Unidos, ofreciéndoles la libertad a cambio de ser vendidos en otros estados. De esta forma la organización ayudaba al esclavo a escapar para ser vendido posteriormente en varias ocasiones. Cuando el esclavo comenzaba a dudar de las intensiones de sus supuestos salvadores, era enviado al fondo del río Misisipi. Así el negocio prosperó por un tiempo, hasta que Lazarus Morell y su organización fueron descubiertos por los hacendados. Arrinconado por la sed de justicia y venganza de los terratenientes sureños, el personaje de la historia realiza una maniobra audaz: se dirige pidiendo apoyo a los esclavos que no habían caído aún en su embauque con el fin de provocar una revolución. Esta acción era posible ya que estos esclavos vieron escapar a sus compañeros por medio de Lazarus Morell y estaban seguros que aquellos se encontraban camino a la libertad sin sospechar que Morell los había enviado la fondo del río. 

De la misma manera, pero ya no en el Misisipi sino en el Río de la Plata, en estos tiempos hay un sector obnubilado que espera por la redención de Sergio Massa, y no ve que hasta ahora con sus medidas esta llevando a gran parte de la sociedad al fondo del abismo.

El Breve Reporte

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