Oriente Próximo: un polvorín histórico

Por Alan Guzmán

“Ciudadanos de Israel, estamos en guerra. No es un operativo, ni son redadas, estamos en una guerra (…)”. De esta manera, el primer ministro israelí, Benjamín Netanyahu declaró ante el Estado de Israel y el mundo entero, el surgimiento de una nueva escalada bélica tras el ataque terrorista de Hamas.

El pasado 8 de octubre el grupo extremista Hamas inició una maniobra de ataques indiscriminados en contra de la población civil al sur de Israel. La organización terrorista, lanzó una emboscada terrestre y marítima, apoyados por una lluvia de misiles (hasta 5000) lanzados desde Gaza, mostrando así la brutalidad del fundamentalismo.

Las plataformas de comunicaciones desbordaron de videos de los terroristas asesinando a sangre fría a mujeres, hombres y niños. Muy difícil de relatar.

Cabe recordar que esta conflictividad entre árabes-palestinos e israelíes es una situación recurrente. Desde la creación del Estado de Israel el 14 de mayo de 1948, hubo varios enfrentamientos en mayor o menor escala. Sin embargo, podemos notar similitudes y diferencias entre cada enfrentamiento que tuvo lugar desde la creación de Israel.

Es posible que haya personas que marquen un paralelismo entre lo acontecido actualmente con la Guerra del Yom Kipur en 1973. No obstante, ni los objetivos, ni los modos de hacer la guerra fueron los mismos; hoy somos testigos de los abusos del terrorismo y de los sentimientos de venganza y odio por parte de ambos bandos.

Los intereses que persiguen cada una de las partes

Tanto para los judíos como para los musulmanes (y del mismo modo para el cristianismo, aunque no sea parte del conflicto), la ciudad de Jerusalén contiene elementos demasiado importantes para sus culturas. Por ejemplo, el Muro de los Lamentos para los judíos y la Cúpula de la Roca (y la mezquita de Al-Aqsa) para los musulmanes.

En una primera instancia, se podría decir que el conflicto toma relevancia por el territorio de la ciudad de Jerusalén, el cual está controlado casi en su totalidad por el Estado de Israel, quienes, mediante el posicionamiento de puntos de control militares (checkpoints), restringen la movilidad de árabes dentro de la ciudad de Jerusalén.

No obstante, la historia ha mostrado que el conflicto no surge por simples disputas territoriales. Más bien, la lucha entre árabes e israelíes, yace en una disputa político-religiosa que tiene en sus bases el hermetismo y el fundamentalismo extremo de sus ideas.

Hoy asistimos a una lucha entre las alas más duras del sionismo (con la figura de Netanyahu como máximo referente) por un lado, contra el absurdo e inhumano extremismo fundamentalista del islam (reflejado en Hamas y la Yihad islámica), dejando así, devastación, traumas y bajas civiles que nada tienen que ver con los verdaderos intereses que deben ser negociados entre ambas partes.

El rol de la comunidad internacional

La comunidad internacional debe, ante toda guerra injusta, condenarla. Sin embargo, hoy notamos que la condena de la opinión pública no está siendo objetiva y está basando sus condenas en base a ideologías y prejuicios. La opinión pública ha perdido su personalidad crítica.

Las redes sociales son un espacio que lo demuestra. Tratan a todo judío como un ocupacionista o colonialista. Del mismo modo ven en todo árabe un reflejo del terrorismo. Empero, las redes solo responden a la propaganda y a los datos que el algoritmo les refleja. Nada más alejado de la realidad.

Esta situación de ver en el otro un peligro, sin entender su cultura o sus intereses, solo coadyuva a la creación de microfascismos y al hermetismo, segando los ojos de las personas.

Queremos ver en el otro el origen de nuestros problemas, situación que no soluciona el choque de intereses, ocasionando aún más conflictos.

A modo de conclusión, y habiendo expuesto algunos argumentos, pido al lector que reflexione y sea crítico al analizar los hechos. Es importante condenar los abusos de las guerras, más aún cuando son injustas. Sin embargo, tenemos que ver los orígenes, las causas y diferenciar entre quienes tienden al conflicto y quienes buscan una solución pacífica.

El Breve Reporte

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